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La ciencia detrás de las pataletas

Creo que unos de los temas que más se habla de los niños después de si duermen, comen y dejan el pañal es el tema de si tienen “pataletas”. Entender las pataletas es indispensable para nuestra salud mental. Pero nuestro mundo actual tampoco nos pone la tarea mas fácil a los padres, sobretodo cuando con solo miradas, sentimos como se aproxima el juicio final con antorchas y tenedores a quemarnos con criticas mientras nuestro niño decide mostrar todos sus colores en el medio de un restaurante. “Qué niño más malcriado” o “Qué niño con mal carácter”

Lo de la mala crianza lo dejo para otra columna. Lo del carácter, a cabeza fría, considero que tener carácter es realmente una cualidad muy grande que se respetan en los adultos y muchos llegamos hasta a admirar esa determinación. También pienso que todos queremos hijos que cuando crezcan puedan defenderse y expresar sus opiniones y actuar ante injusticias. Ser asertivos y demás.

Pero mientras, ¿Qué hacemos con esa persona de menos de un metro de altura en que te expresa sus descontentos y prueban tus limites con “No” más rotundos y un espectáculo digno de Minions con WWE. El primer paso es aprender para comprender. He aquí un resumen muy corto acerca de nuestro cerebro.

El cerebro esta dividido en dos partes, hemisferios izquierdo y derecho y conectados por el cuerpo calloso (fibras en el mero medio). El lado izquierdo es “el lógico, literal, verbal y ordenado”. Las cosas son como deben de ser; todo en su lugar sin más. El derecho, es “el no-verbal, expresivo, emocional e intuitivo”. Entre el nacimiento y hasta los tres años, el niño se apoya mucho más de su lado derecho para sobrevivir y desarrollarse, y es por eso que le cuesta expresar con palabras lo que siente en un momento dado que el habla viene después. No le va a importar llegar tarde a su clase de baile, si en camino al carro vio un mariposa en la pared. Sin embargo no siempre podrá quedarse así, pues la vida va a requerir que conecte con su lado izquierdo para tomar decisiones lógicas, entender de tiempos, tareas y seguir normas. ¡Ojo! Esto seguirá ocurriendo después de los tres años en la medida que el niño vaya integrando ambos lados hasta la adultez con ayuda de sus cuidadores. No hace falta añadir que conozco muchos adultos que todavía hacen pataletas, ¿Te suena familiar? Bueno ya sabes por donde va el asunto.

Cuando el niño está totalmente respondiendo su lado derecho, realmente explicarle porque tiene o no que hacer algo no va a funcionar porque sus emociones desbordadas son más fuertes que él. Al forzar, lo único que va a pasar es que tu también termines actuando con ese lado emocional primitivo (luego les hablaré del cerebro reptiliano) y bueno esto, no termina bien casi nunca. ¿Qué puedes hacer? Primero parar lo que estas haciendo y darle tu atención.

Conectar con sus emociones. Dejar de forzarlo o gritar e identificar que puede sentir tu hijo en ese momento (¿Estas triste? Véase enojo, frustración, asustado etc.) bajo la situación, mirándolo a los ojos y quizás ofrecer alguna muestra de cariño (mano en la espalda si se deja, tocarle el cabello etc.) sólo si lo acepta. Observar.
Darle opciones o una historia de porque puede sentirse de esa manera (Querías quedarte jugando más tiempo con tus amigos, el baño estaba rico, querías ir a esa fiesta con los grandes) Al rato puede que repitan las mismas frases y ahí su cerebro izquierdo empieza a conectar con las palabras que le vas brindando.
Una vez más calmados (Si, tu también) puedes buscar alguna actividad alterna que le pueda gustar hacer después que haga lo que le pides (ir a comer algo rico, ver el color del cielo afuera o algo que sepas que le encanta). Esto va a ayudar a que puedan avanzar.

No olvides que las rutinas y horarios son muy importantes, que puede tener hambre o sueño o sentirse mal. Si ocurrió algo que fue muy fuerte para el niño, ayudar contar la historia de lo sucedido una y otra vez, hasta que el mismo pueda decirla en su forma, siempre uniendo emociones y palabras. El cerebro es mucho más complejo y las pataletas también. Pero con solo saber con que lado del cerebro está tu hijo, recuerda que al conectar desde ese lado del tuyo, hay más probabilidades que duré menos, el otro lado se integre y puedan salir ilesos de ese mal rato y con su cerebro bien conectado.

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